A grandes rasgos podemos distinguir
dos grandes tipos de paisajes:
- Los paisajes naturales, poco o nada modificados por la actividad humana. Este tipo de paisaje es poco frecuente en Europa, y junto a las ciudades y lugares turísticas. Solemos llamar paisaje natural al de las cumbres de algunas montañas, las selvas, la costa deshabitada, los desiertos...
- Los paisajes transformados son aquellos donde vivimos las personas: los hemos ocupado y reflejan nuestras actividades y formas de vida. En ellos aparecen elementos artificiales, como pueblos, ciudades, carreteras, ferrocarriles, canteras, puentes, postes y cables de electricidad... Se pueden distinguir paisajes urbanos, rurales, agrícolas, industriales...
Aunque también podemos clasificar
los paisajes en función de otros criterios:
- Su relieve. Hablamos de paisaje montañoso (con cordilleras, sierras, valles escarpados), paisaje de llanura (altiplanos, páramos, vegas, mesetas) y paisaje de costa (con acantilados, playas, calas, marismas, cabos, golfos, rías). Estos paisajes pueden ser naturales o transformados.
- Su clima y vegetación. Se pueden distinguir los paisajes templados (con el bosque mediterráneo de encinas y alcornoques, el bosque atlántico de robles y hayas, la taiga de coníferas, las praderas y estepas), los paisajes cálidos (donde destacan la selva, el bosque tropical, la sabana, los desiertos de arena), y los paisajes fríos (con la tundra de hierba, musgos y líquenes, y los glaciares, los desiertos pedregosos, las nieves perennes y ¡los iglúes de hielo!).
Todos los paisajes cambian con el
tiempo y cada vez parecen más humanizados.
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