Hace entre 200.000 y 150.00 años,
apareció en Europa y en Oriente Próximo el hombre de Neandertal (Homo
sapiens neanderthalensis), como evolución de los últimos
heidelbergensis. Los neandertales eran bajos, muy robustos y con cerebros
grandes (1.500 cm3), incluso más grandes que los nuestros. Mejoraron
las herramientas de piedra (industrias musterienses); vivieron en cuevas y
campamentos al aire libre, y fueron los primeros en enterrar a sus muertos.
Hace unos 120.000 años, aparecieron,
otra vez en África, los primeros humanos modernos, los Homo sapiens
sapiens. Eran altos; de piel oscura, adaptada a los trópicos, y
prácticamente iguales a nosotros; ¡de hecho, somos la misma especie! Fabricaron
instrumentos de piedra y hueso más complejos; inventaron los primeros elementos
de adorno (collares y colgantes), y crearon las primeras manifestaciones
artísticas (grabados y pinturas).
Los humanos modernos, nuestros
directos antepasados, salieron de África (‘segunda salida de África’) y se
extendieron por Asia reemplazando a las poblaciones de Homo erectus.
Fueron los primeros pobladores de Australia y los primeros navegantes, alrededor
de hace 60.000 años. Llegaron a América desde el extremo de Siberia, cruzando el
paso de hielo que unía Asia y América, hace entre 30.000 y 15.000 años, y en
pocos milenios ocuparon todo el continente.
Hace unos 40.000 años, los primeros
humanos modernos (también llamados hombres de Cro-Magnon) entraron en
Europa y ‘chocaron’ con los neandertales, que, por diversas razones, se
extinguieron, tras unos milenios de ‘contacto’, hace poco más de 30.000 años. De
esta forma, solo quedó una única especie humana sobre la Tierra: ¡nosotros! Los
humanos modernos desarrollaron el gran arte parietal (el que se plasma en
paredes y techos) en muchas cuevas europeas y algunas de Asia.
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